Berna, la ciudad suiza que enamora
La bella ciudad suiza de Berna es uno de los mejores destinos europeos, tanto para una escapada de fin de semana como para una larga estancia.
Hay mucho que ver y hacer en Berna. La capital suiza, además de albergar la sede del Gobierno suizo, cuenta con el casco histórico mejor conservado del país. De hecho está considerado Patrimonio Mundial por la UNESCO, tanto por su impresionante patrimonio monumental como por sus encantadores rincones, incluida la Kramgasse, conocida como “calle más bella del mundo”.
Las mejores épocas para viajar a la capital suiza son la primavera y el verano, y es que en la temporada estival las temperaturas oscilan entre los 15 y los 20 grados de media, aunque no es raro que llueva. Si viajas en invierno debes ir preparado, ya que la temperatura media es de 0 grados, y lo habitual es que nieve.
Qué ver en Berna
La visita a Berna debe comenzar por su casco antiguo, conocido como la Ciudad Vieja. Recomendamos recorrerla a pie para no perdernos sus bellas calles, plazas y rincones llenos de encanto. Llaman la atención los seis kilómetros de arcadas o lauben que posee, las cuales facilitan el tránsito por el paseo comercial cuando hace mal tiempo.
La mayor parte de los edificios monumentales y lugares de interés de esta villa suiza se encuentran en el casco histórico, como el Palacio Federal, la Torre del Reloj, la Catedral de Berna, el edificio del Ayuntamiento o Rathaus, la Torre de la Prisión, la Iglesia Francesa, el Parque de los Osos, el Jardín de las Rosas, la Casa de Einstein, el Zentrum Paul Klee, el Granero o el Jardín Botánico.
A orillas del río Aare, junto al Rosengarten o Jardín de Rosas, se puede disfrutar de las mejores vistas panorámicas de la ciudad antigua. También se pueden contemplar unas espectaculares vistas de la ciudad desde la plataforma de la catedral, que está situada a 101 metros de altura.
Planes para disfrutar de Berna
Una buena forma de conocer Berna es a través de su cocina tradicional, que está muy influenciada por la cocina francesa, la alemana y la italiana. En sus recetas no faltan buenas carnes de cerdo y ternera y frescos pescados, y son muy famosos tanto sus quesos como sus reputados chocolates.
Si quieres comer a base de platos tradicionales, te sugerimos el benerplatte, que consiste en una mezcla de carne de cerdo y ternera acompañada de patatas hervidas y judías verdes; el ratsherrnntopf, una pierna de cordero cocinada con vino blanco, mantequilla y salvia; una buena fondue de queso o un rosti, una receta con la patata como protagonista. Puedes acompañar estas recetas con cerveza o sidra, dos bebidas muy populares en Suiza.
La capital suiza posee una magnífica oferta cultural y comercial, y las mejores tiendas, bares y teatros de cabaré las encontraremos en el casco antiguo. También podemos ir de museos, ya que la villa cuenta con propuestas tan interesantes como el Zentrum Paul Klee, el Museo Einstein, el Museo de Historia, el Museo de Arte, el Museo Alpino Suizo o el Museo de la Comunicación.
Berna es una de esas ciudades europeas que enamora por muchos motivos: por su bello casco medieval, su precioso entorno montañoso, sus museos, sus refrescantes ríos, sus quesos y chocolates, por sus parques y jardines o por el agradable carácter de sus habitantes.