Una ciudad suiza con esencia italiana: Lugano

Los escasos ocho kilómetros que separan Lugano de la frontera italiana han sido decisivos en sus hábitos y costumbres. De hecho, en esta población se habla italiano. Pero si hay algo que resulte de lo más suizo es su entramado económico. Lugano es el tercer centro financiero de Suiza, y representa un importante emporio comercial y banquero del país.

Pasear por Lugano es una verdadera delicia. La villa está llena de floridos parques y elegantes villas de lujo, y rodeada por el incomparable marco del lago y de los verdes montes. No es de extrañar que algunas de las familias y personalidades más adineradas del mundo tenga aquí residencia.

Lejos del clima alpino habitual en Suiza, Lugano disfruta de un maravilloso clima mediterráneo. En verano la máxima se halla en torno a los 26 grados centígrados, mientras que en invierno la temperatura no suele bajar de los ceros grados. La época más lluviosa tiene lugar entre mayo y septiembre, aunque sin grandes incidencias, y en invierno no nieva mucho, uno o dos días al año en los meses de diciembre y enero.

Recorriendo la ciudad de Lugano descubriremos joyas arquitectónicas como la Catedral de San Lorenzo, de estilo lombardo en su exterior y barroco en su precioso interior, que está repleto de valiosos frescos. También nos encontraremos con la Iglesia de Santa Maria degli Angeli, construida en el año 1500, en cuyo interior también alberga algunos de los frescos más valiosos del Renacimiento. El Parque Civico Ciani, situado junto al lago y dotado de una magnífica flora mediterránea, sobre todo rosas, o el Museo del escritor Hermann Hesse, ubicado en la cercana población de Montagnola, son otros magníficos objetivos en nuestro paseo por Lugano.

El barrio más ilustre de Lugano es el de Castagnola. Aquí se encuentran las más elegantes y caras mansiones de la ciudad, como Villa Favorita, la que fuera la antigua residencia de los Barones Thyssen y donde guardaban parte de su impresionante colección de arte.

Los amantes de la naturaleza encontrarán en los alrededores de Lugano agradables parajes que recorrer, como el Monte Brè, de 925 metros, o el Monte San Salvatore, de 912 metros de altura. Sus cimas se alcanzan andando o en teleférico, y desde lo más alto se pueden contemplar unas espléndidas panorámicas.

A la hora de comer, la influencia italiana es total en la gastronomía de Lugano. Incluso hay quien considera que en esta ciudad suiza se prepara la pasta mejor que en la propia Italia. También son platos tradicionales la polenta, el ossobucco, el risotto o el pan crujiente con formaggini.

Gran parte de los restaurantes de Lugano se encuentran en la zona centro y en las calles situadas frente al lago. En general son muy caros, pero siempre contaremos con la económica opción de los Aperitivi. Se trata de una propuesta gastronómica que consiste en pagar una bebida, de entre 5 y 12 euros, según lo que se pida, y disfrutar de una pequeña comida tipo buffet.

La oferta de alojamiento de Lugano es de altura, con numerosos hoteles de lujo, pero también con establecimientos de categorías inferiores pero de gran calidad. Entre otros, mencionar, los hoteles de cinco estrellas Villa Príncipe Leopoldo Hotel & Spa o el Grand Hotel Eden; los cuatro estrellas Hotel Lugano Dante Center Swiss Quality, el Villa Sassa Hotel Residence & Spa, el Hotel Holiday Inn Lugano Centre, el Hotel La Perla, el Coronado Hotel o el Hotel de La Paix Lugano, y los tres estrellas Acquarello Swiss Quality Hotel o el Hotel International Au Lac.

Los motivos para visitar Lugano son muchos: la belleza y la tranquilidad de esta ciudad, la amabilidad de sus habitantes, la estupenda oferta de alojamiento y restauración, las numerosas propuestas culturales y de ocio o su maravilloso entorno natural. Además, su proximidad a la vecina Italia invita a realizar interesantes escapadas.